lunes, 29 de agosto de 2011

# Dia 4 – 05/07/2011 - Diario de un viaje Inca - Copacabana

Ya desayunados, esperamos a que venga el micro que nos llevará a nuestro próximo destino.
Volvimos a tomar la ruta que sale para la ciudad del Alto para poder empalmar con destino a San Pedro de Tiquina.

 
El estrecho de Tiquina es la unión de las dos partes del Lago Titicaca, la del norte llamada Chucuito y la más pequeña en el sur llamada Huiñaymarca. Se puede cruzar perfectamente en lacha a motor para los pasajeros y los autos o micros lo hacen en unas barcazas. 



Una vez que estuvimos del otro lado, en San Pedro de Tiquina,  nos recibió con los brazos abiertos Manco Kapac. 


Seguimos camino, en una hora más estábamos entrando a Copacabana, por sus callecitas angostas el micro casi tocaba las casas. Llegamos. Previa consulta sobre las excursiones a la Isla del Sol y la Isla de los Uros en Puno, seguimos camino hacia el hotel.
Subimos por unas calles empinadas ya que nuestro hotel queda sobre la base del cerro del Calvario. Nos dieron nuestra habitación con una vista increíble al lago y hasta con hamaca paraguaya dentro de la sala. 


 
Dejamos todo y salimos a caminar.
La vista del lago es majestuosa, con su puerto lleno de barquitos en constante movimiento.



 
Fuimos caminando por la costa, donde hay kayak para alquilar y bicicletas de agua. Desde allí, salen las excursiones para las Islas del Sol y de la Luna. 




 
Tomamos unos mates y empezamos a subir por las callecitas en busca de un lugar para almorzar.

 Encontramos un lugar hermoso, una casa con un patio lleno de plantas y flores.
 


Nos sirvieron una trucha grillada con vegetales que estuvo maravillosa.

Recorrimos la Iglesia de Copacabana donde esta albergada la Virgen de Copacabana o la Virgen Morena la cual fue tallada en 1580.

 
La Iglesia fue construida entre el 1600 y 1620. 






 

Cruzamos por la plaza rumbo al mercado, compramos unos higos secos, unos dulces típicos. Pasamos por un mercado donde vendían frutas, verduras, carnes y fiambres. Compramos una palta enorme.




Nos llamó poderosamente la atención que no hay heladeras conservadoras, tanto las canes, fiambres, lácteos están a la intemperie, sin ningún tipo de conservación de cadena de frío.  No sabemos el porque. 

Tampoco hay moscas.
Como ya estaba oscureciendo nos volvimos al hotel, nos bañamos y cenamos.
Nos cayó tan mal la comida que estuvimos muy descompuestos, no pudiendo pegar un ojo en toda la noche.

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